Yo no voté por PIÑERA.
Indudablemente el pueblo de Chile, este domingo oscuro, ha mostrado uno de sus más tristes rostros: el del olvido y el de la falta de memoria. Elegir a Sebastián Piñera como el líder del Estado por los próximos cuatro años es sinónimo de abrir las puertas a quienes marcaron nuestra historia con sangre hace sólo unas décadas. Habría que ser muy ingenuos para no tener conciencia de que, más allá de los discursos renovadores del empresario, él gobernará con ilustres personajes de la dictadura pinochetista, a saber, Julio Dittborn, Pablo Longueira, Jorge Arancibia, Andrés Hadwick y Evelyn Matthei por nombrar sólo algunos. No es posible olvidar que ellos fueron parte activa o por omisión de todo cuanto ocurrió durante aquella dolorosa parte de nuestra historia. Es una vuelta a la barbarie, que lamentablemente a esta hora millones de chilenos celebran con banderas y fanfarria, esperando me imagino, el pan y el circo.
Hemos abierto las puertas de Chile al rey de la especulación y de la traición, quien ha lucrado hasta el cansancio con el bolsillo de todos los chilenos. No creí ni creo posible olvidar que una ministra de Pinochet lo salvó de la cárcel cuando fue acusado en el caso de la quiebra del Banco de Talca en 1982; tampoco se puede soslayar la colusión de la que fue partícipe en el tema de las redes del mal llamado negocio de farmacias; los problemas legales que ha tenido en EE. UU. por las malas prácticas en lo que a LAN se refiere; lo mismo ocurre con una de sus grandes invenciones, las AFP, idea que surge del interés del fenecido Ricardo Claro, quien le comisionó la investigación en los Estados (Des)Unidos acerca de este lucrativo negocio, la respuesta de Piñera fue que no era negocio, para después hacerse cargo de la transformación del sistema de pensiones de nuestro país, sistema que aumentó exponencialmente sus riquezas, sistema que imagino nadie salvo sus dueños será capaz de reconocer como injusto, bárbaro y uno más de los sostenes del neoliberalismo que sufrimos.
El discurso da para todo y es poderoso. Desde su trono revestido de oropel alza banderas contra la delincuencia y el narcotráfico. Piñera es un delincuente de corbata Vuitton y si de narcotráfico se trata, no cabe menos que recordar que en el entorno “comercial” de su hermanito y protegido, en sus más emblemáticos negocios, Entrenegros, Seriatutix, la blanca corría y corre con total libertad, ¿alguien ha dicho algo al respecto?. Ahora bien, es evidente que el aparataje político y de marketing lo blindó de manera perfecta. La derecha más fascista y neoliberal, la misma que financia a Piñera, era la dueña de los medios de comunicación casi en su totalidad, digo era porque ahora tendrá bajo su control la totalidad de los medios de prensa que se puedan jactar de ser parte del cuarto poder fáctico: la prensa. Ya no sólo será El Mercurio el que mienta, desde marzo también TVN y La Nación. Otro de los grandes discursos de don Sebastián fue el del intervencionismo electoral del gobierno, me pregunto ¿qué mayor intervencionismo podría existir que el del poder económico y de los medios de comunicación? Sólo para la anécdota, hace unos días en el centro de Santiago, un edificio sobre el cual se observa una más de las miles de gigantografías del susodicho empresario, más abajo, otra de Chilevisión y a su derecha (bien dicho sea de paso) un gran cartel de LAN; lo único que faltó es que el edificio cobijara a Farmacias Ahumada, quizás compre el edificio en estos días…
Se viene una etapa difícil y el pueblo chileno, especialmente los niños sufrirán las consecuencias. No tengo dudas de que harán todo lo posible por cumplir todas sus promesas populistas y certeramente sabemos que los dineros para asumir todo aquello no saldrá de su bolsillo. Lo único que hará será deprimir el financiamiento del ámbito social que algo construyó la Concertación durante estos años, desde allí desviará dineros para cubrir lo prometido. Vaticino que la RED PROTEGE será la que pagará los costos: adiós Chile crece contigo, adiós Chile Solidario, adiós tantas pequeñas instancias que sólo benefician a los que más lo necesitan. El AUGE se salvará por ser ley, pero recuerdo perfectamente que siendo candidato, en el último debate, Piñera no tenía idea cuáles eran las enfermedades que se habían sumado al plan recientemente. Una vergüenza
En medio de las celebraciones del Piñerismo, un trabajador se aferra ilusamente al discurso del cambio, otro señala que los medianos empresarios como él crearán el millón de empleos prometidos para estos 4 años. Más allá de que hasta los más acérrimos economistas de derecha contradijeron la posibilidad de concretar esto; no me queda más opción que asumir que la mayor parte de nuestro pueblo es totalmente ignorante, como yo, de los reales vaivenes de la macro y microeconomía; no me queda más que saber que el hombre masa es ingenuo, no como este humilde profesor. Sólo basta sumar que el caballito de batalla de la Alianza ha sido la flexibilidad laboral, esto es el ardid utilizado: así se crearán muchos empleos, pero ¿a costo de qué?, la consecuencia será el debilitamiento de los beneficios de los trabajadores. Habrá que estar atentos y alertas.
De políticas culturales opto por un simple no comment, será un política dirigida por cerebros reaccionarios, opacos y conservadores. Entre ellos habitan Opus Dei y Legionarios de Cristo, esos mismos que, como el dueño de D y S (Supermercados Líder), el señor Ibáñez, son capaces de pegarse con una piedra en el pecho, ejercer la más cruel violencia intrafamiliar y luego acallar la denuncia comprando todos los ejemplares de La Nación Domingo. Son los mismos que han intentado negar la posibilidad a toda mujer de decidir sobre su propio cuerpo, sobre su maternidad. Son los mismos que prefieren la proliferación de embarazos no deseados y del SIDA porque el uso del condón contraviene los correctos preceptos de la Santa Iglesia Católica. Aunque Piñera haya mantenido un discurso liberal y desprejuiciado frente a estos temas, el gobernará junto a una cáfila de retrógrados que ya lo han contradicho en cuanto a esas temáticas.
Finalmente no puedo confiar en un presidente que elimina sus ojeras y patas de gallo en un quirófano. Esta es la consecuencia de un país sin memoria. Lo único que me deja tranquilo es que desde hoy tengo el beneficio de declararme una vez más en OPOSICIÓN.
